En muchas partes del mundo, cuando uno entra en una tienda para comprar cereal, galletas o leche, lo hace con la confianza de que esos artículos no están contaminados y que la etiqueta del paquete es precisa.
Esa confiabilidad en el producto no se con siguió de la noche a la mañana. Hace 100 años, uno no tenía ninguna garantía, ni de la frescura del producto ni de la veracidad de la etiqueta. Desde entonces, los gobiernos han aprobado leyes para contribuir a proteger al consumidor asegurándole la calidad de los productos, desde la comida a los perfumes. Exigen etiquetas uniformes y estrictas pruebas de seguridad.
Cuando pienso en leyes como esas recuerdo que debemos apreciar los gobiernos buenos. Sin ellos reinaría el caos. Las leyes que debe cumplirse para salvaguardar la salud y el bienestar del público.
En una época en que a menudo se critica severamente a los gobiernos, recordemos que "no hay autoridades sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas". Romanos 13:1.
Da gracias a Dios por los poderes superiores que son sus ministros para beneficio nuestro. Y pídele que dé sabiduría a nuestros líderes en el servicio que tiene que prestar.
Todos sabemos los acontecimientos actuales, el ataque químico en Siria y lo que Estados Unidos hizo de tirar misiles a Siria. De nuestra parte solo nos queda clamar por todos los que están siendo afectados y confiar en Dios para que esto no llegue a más. Hagamos oración unos por otros, yo soy de Guatemala y voy a estar orando por Siria, Latinoamerica y por el resto del mundo para que Dios tenga misericordia de todos y nos traiga paz. Los invito a unirnos en oración y levantar clamor todos los países que sufren violencia, guerras y otros males.
Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.
Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella;
porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.
Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia.
Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo.
Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. Romanos 13:1-7 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
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